Need for Speed es la entrega de 2015 de esta espectacular saga de conducción de coches. El juego llegará a PC en 2016 pero como ya ha salido en consolas Xbox One y PS4 ya te podemos contar qué nos ha parecido.
La historia se repite
Como anteriores entregas o la saga Burnout Paradise (que es de los mismos creadores), NFS es, de nuevo, un juego de coches en mundo abierto que cuenta la historia de un chico que se introduce en el mundo de las carreras ilegales nocturnas.
Así pues, lo que te espera es una historia principal donde los personajes te encargan diferentes misiones de conducción y tú superas a cambio de puntos de experiencia y dinero para invertir en nuevos vehículos. Estas misiones son las clásicas carreras y contrarrelojes y algunos desafíos más específicos que ponen a prueba capacidades muy concretas al volante. En efecto, nada nuevo en una fórmula que los fans conocemos al dedillo.
Además de su modo historia, Need for Speed cuenta con los típicos modos libres y online, mucho más divertidos si disfrutas de ellos con amigos. Por cierto, NFS te obliga a estar siempre conectado a Internet, incluso en el modo historia, cosa que no tiene mucho sentido pero que ya se ha convertido en una constante de los juegos de EA.
Aunque continuista, NFS es un juego muy disfrutable, y lo apreciarán especialmente los fans del tunning y la personalización. Durante el juego vas a poder adquirir hasta 51 coches distintos, de los que podrás personalizar absolutamente todo: desde su parte puramente estética hasta la que afecta a la conducción, como la tracción, el tipo de carrocería, etc. De hecho, es recomendable que durante nuestra partida tuneemos nuestros coches con características muy diferenciadas entre sí, así tendremos vehículos útiles para todo tipo de pruebas.
Un placer arcade
Need For Speed cuenta con un control bastante arcade, aunque lo suficientemente desafiante para que no te aburras en cada prueba. La base de la conducción es el derrape: aprende a dominarlo y ya tendrás medio trabajo hecho.
En cuanto a su apartado técnico, EA sigue sacando provecho de su motor Frostbite y nos brinda un juego bello y con mucho realismo, con unos 30fps que nunca decaen. El motor del juego se complementa con secuencias de imagen real para los momentos del modo historia en los que se interactúa con los personajes y con temas de música electrónica muy acordes con el tono de NFS.
Tan divertido como poco novedoso
Need for Speed cumple de sobras su propósito de hacer que nos divirtamos con las carreras más espectaculares en circuitos abiertos. Gráficamente impecable, es un placer para los que a los juegos de coches les pedimos realismo, momentos trepidantes y poder coleccionar vehículos.
Eso sí, no esperes innovación: NFS sigue la senda de los últimos títulos de la saga pero no va a marcar un antes y un después en ésta.
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